Laura y yo vinimos a los Estados Unidos con el mismo propósito. No a vivir el famoso “sueño americano”, más bien a cumplir nuestro propios sueño. Yo vi mi carrera en la televisión estancada en la República Dominicana y ella quería más que el Teatro Nacional o los cines locales de la ciudad.
Decidí entrevistar a Laura como mi tercera “Latina in Media”, porque muchas de ustedes, comparten su sueño, convertirse en actriz. Pienso que dentro del arte, ésta es una profesión que ha sido idealizada como una carrera a la que pocos tienen acceso y dónde la fama opaca el trabajo duro. Una percepción muy lejos de la realidad.
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Cuando Laura dijo a los 9 años que quería ser actriz, muchos pensaron que era algo del momento. Años después, ha pasado por el teatro, el cine, la televisión e incluso ha protagonizado sus propias historias en sus cortometrajes. Yo a los 9 años dije que quería ser presidenta de mi país. Menos mal que a mi sí se me pasó y terminé haciendo lo que en realidad me apasiona, escribir historias de grandes mujeres como ella.
Veo a Laura como un ejemplo de que los sueños se cumplen. No importa si es una telenovela de Telemundo o Univisión, un musical en Broadway, una serie en Netflix o una película de Hollywood, ser mujer, latina, inmigrante, actriz y una voz ante tu comunidad, es posible.
Laura y yo, no sólo compartimos el ser fanáticas de Mafalda. Somos dos dominicanas que soñaron con más de lo que ya tenían. Hoy, escribiendo su historia en mi propia plataforma, pudiera de decir que ambas hemos cumplido varios de esos sueños y seguimos yendo por más.
Latinas in Media – ¿Quién es Laura?
Laura Gómez – Soy una persona apasionada, políticamente activa, de temperamento fuerte –para bien o para mal-, ambiciosa pero con integridad, en constante conflicto con mi ego, al que incesantemente trato de domar, y siempre con ganas de volar.
LM – ¿Cómo llega una dominicana a los estudios de Orange is the New Black?
LG – Esto va de la mano con mi trayectoria de actriz en la ciudad de Nueva York. Fue todo un proceso. Pero una de las cosas interesantes de Orange is the New Black es que tanto Jenji Kohan (la creadora) y Jen Euston (directora de casting) estaban buscando talento fresco, caras nuevas, y es ahí donde surge la oportunidad. Fui a audicionar por el rol de Blanca Flores, “la loca dominicana del celular” con la certeza de que era perfecto para mí. Fue muy interesante porque en ese entonces estaba tomando un curso de cine en NYU y me encontraba en medio de dirigir un cortometraje que había escrito, así que aunque fui muy preparada y enfocada, no estaba nerviosa. Más bien ocupada con mi corto. Creo que tal vez me dio la energía correcta para audicionar. En principio me dijeron que tal vez era muy bonita para el personaje, pero al parecer no tanto, porque a los dos o tres días me ofrecieron el rol y creo que una semana después ya estábamos rodando.
LM – Aparte de la actuación, ¿qué te apasiona?
LG – Pues en estos últimos años se me ha despertado mucho el gusanito del tema político. Cada día me involucro más con todo lo relacionado a Derechos Humanos. Aunque en tono más ligero, me interesa seguir explorando el campo de escribir y dirigir. Creo que hace falta la voz e incidencia de más mujeres y minorías detrás de las cámaras. Así que en esas ando. Ahora me encuentro en recuperación tras una invasiva operación de rodilla y me paso el tiempo leyendo y escribiendo varios proyectos que tengo en agenda.
LM – ¿Qué tienen en común Laura Gómez y Blanca Flores?
LG – Por las circunstancias de su vida, Blanca probablemente es más atrevida que yo, pero al que igual que ella soy sensible a las injusticias que veo a mi alrededor y tiendo a alzar mi voz, aunque no me afecten directamente. Yo como ella en la famosa escena de la cafetería me subiría a la mesa a protestar.
LM – ¿Cómo te has sentido con la evolución del papel de Blanca y el grupo de latinas dentro de la serie?
LG – Me ha encantado, y para mí la participación y crecimiento de Blanca la temporada 4 fue tanto un privilegio como una sorpresa. Me encantó mi historia y la revelación de un espíritu rebelde tanto de ella como de las demás dominicanas, pero sobre todo me encanta ver cómo cada personaje en el show tiene vida propia. Me parece fascinante.
LM – ¿Cómo crees que OITNB ha dado una voz a las latinas en Estados Unidos?
LG – Me parece que todo comienza con la historia, y que el crear una trayectoria personal a cada personaje le permite a la audiencia conectar con la parte humana y ha dado paso a que la gente hasta se identifique en ocasiones con estas mujeres y se les juzgue de un modo diferente. La relación de Daya y Aleida, por ejemplo, tan disfuncional en cierto modo, tiene su base en las carencias y limitaciones de Aleida como ser humano, y cuando la vemos batallar con esto, el ser testigo de su vulnerabilidad, nos acerca más a sentir compasión que rechazo. Me gusta pensar que esto traduce a la vida real. Así pues, a nivel de visibilidad en la industria, tenemos un show que ha abierto las puertas a talento diverso y las latinas de OITNB han conectado con una audiencia ávida de verse representada en la pantalla y se identifican con los personajes o con las actrices que los interpretamos. Es muy necesario y refrescante y espero que siga sucediendo.
LM – ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta una mujer latina para llegar a la televisión?
LG – Creo que mayormente lograr vencer los estereotipos a que somos expuestas. Después de OITNB me llegaron algunas ofertas para hacer de presidiaria en algunos otros shows. Lo hice una vez y de hecho tuve un arco interesante en tres episodios del icónico show Law & Order SVU, pero ya luego le dije a mi manager, “basta ya, no más. Ni presa, ni prostituta, ni empleada doméstica, a menos que se trate de una mucama que vuela y salva al mundo”. Claro que a veces no queda opción y hay que trabajar, pero por eso también me interesa trabajar en el teatro y en Latinoamérica. Hay otra variedad de personajes a la que no siempre tenemos acceso en la industria de Hollywood. Este año, por ejemplo sale una película dominicana en que trabajé el año pasado llamada Sambá en la que interpreto a una promotora de boxeo. Desearía que la industria nos tomara en consideración para roles más amplios e interesantes. Seguimos trabajando en ello.
LM – ¿Cuál sería tu consejo para esa chica latina que sueña con ser actriz?
LG – Pues si queremos romper estereotipos en la pantalla, debemos primero romperlo nosotras mismas. Entonces, siempre exhorto al talento joven que hay que prepararse, como persona y como actor. Tal como haría un médico o un bailarín. La actuación no ha de ser diferente. Hay que preparar ese instrumento que es nuestro cuerpo, y alimentar el alma y el intelecto. Leer, estudiar, y como la competencia es intensa, incluso trabajar en disminuir nuestro acento dentro de lo posible -si lo tenemos- y usarlo según lo amerite el personaje, y sobre todo, enfocarse siempre en el amor por el arte y no el amor por la fama.
LM – ¿Cuáles mujeres latinas han sido un ejemplo para ti dentro de la industria de la actuación?
LG – Algunas de mis actrices latinas favoritas son de Latinoamérica… Cecilia Roth, Fernanda Montenegro, Norma Aleandro, Magaly Solier… y en lo referente a latinas en Hollywood amo a Rita Moreno que logró romper el molde en tiempos de mucha limitación para latinos y que todavía a sus 80 sigue actuando con toda aquella energía que la caracteriza. Lauren Luna Velez es una actriz con un gran recorrido, que me influenció cuando era aún una adolescente que vivía en Santo Domingo y la vi actuar en I Like it Like That, y creo que Salma Hayek es una persona interesante porque en una difícil industria, se ha establecido como actriz, pero además produce y se le ve a menudo abogando por mujeres en la industria. Aparte de eso, algunas de las mejores actrices Latinas las he visto en el teatro neoyorquino.
LM – ¿Cuáles eran los sueños de Laura Gómez cuando llegó a los Estados Unidos y cuales son los sueños de la Laura Gómez al día de hoy?
LG – La verdad partí a Estados Unidos a desarrollar mis sueños y mi meta de ser actriz. Sentía que República Dominicana, al menos en ese entonces, me imponía límites y además me hacía ilusión extender mis alas en la ciudad de Nueva York. Tendría unos 9 años cuando comencé a tomar clases de teatro en la escuela y me enamoré de la idea de ser actriz. De modo que puedo felizmente decir que logré cumplir mis sueños de infancia. Los sueños de hoy día incluyen seguir creciendo en todos los aspectos como artista y poder usar mi plataforma de la mejor manera posible dentro de una comunidad políticamente activa.
LM – ¿Cómo crees que podemos utilizar los medios de comunicación tradicionales y digitales (incluyendo redes sociales) como una voz para las mujeres latinas en un país donde somos minoría como mujeres e inmigrantes?
LG – Creo que las redes sociales son esenciales hoy día, y que bien usadas, pueden ayudarnos a diseminar un mensaje a mayor escala y hacernos escuchar. Fue gracias a plataformas de recaudación de fondos y vía Twitter que logré hacer mi segundo cortometraje, Hallelujah, en el cual exploro el tema de la incidencia de la religión en las relaciones personales. Me parece además que podemos seguir utilizando los medios de comunicación para educar y seguir presentando una cara diferente y progresista que nos refleje en diversas facetas que ayuden a romper con la narrativa del estereotipo negativo –y aburrido- de la mujer latina.
¡Más de Laura!
Un libro: Ensayo Sobre la Ceguera – José Saramago
Un canal de YouTube: John Oliver, Trevor Noah, Bill Maher, Samantha Bee y Randy Rainbow, todos en igual medida.
Una “Latina in Media”: Alex Tabar
Una red social: Facebook (soy un poco chapada a la antigua)
Un app: Podcasts
Una marca: Zara
Una frase: “El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo” -Sócrates
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